La primera norma para ser feliz es que tú pones tus propias normas.
Basta de vivir a medias, de organizar tu vida en base a lo que se espera de ti.
Revélate, golpea fuerte la mesa y regálate la oportunidad de ser tú.
Si no te convence tu trabajo, cámbialo. Si te apetece conocer el mundo, viaja.
Sal de tu zona de confort, coge las riendas de tu vida.